Mi vida siempre ha estado rodeada de lagunas. Los recuerdos, no puedo saber si lo son, o no, pero el sueño se repite, una y otra vez. En los últimos años con más frecuencia de la que yo desearía.
¿Podré dormir alguna vez en paz? Si no pensara que el destino está escrito desde el mismo momento en el que nacemos, podría darle a todo esto un sentido. Pero mi vida es lo bastante normal como para complicármela con tonterías.
Esto tendrá que ser por el estrés de los últimos exámenes; seguramente mi subconsciente está reaccionando ante el inminente cambio de mi vida. Saber que pronto tendré dieciocho años, que terminaré el instituto y me alejaré de todo lo que conozco, para empezar mi nueva vida en la facultad.
Está claro, no puede ser otra cosa, más que la inquietud de lo que se me viene encima.
¿Por qué iba a ser si no?
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